Bienvenidos a Paradoxa.mx, un blog para la reflexión y el pensamiento disruptivo.

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NOTA DEL AUTOR: Antes que nada, deseo agradecerles por tomarse el tiempo de leer lo que aquí se publica. Y en retribución, les prometo que en éste blog encontrarán historias entretenidas e ideas interesantes y «diferentes» que desagradarán a la mayoría, pero que son ciertas o al menos se aproximan bastante a la verdad, y en el peor de los casos, forzarán su imaginación obligándolos a cuestionarse y ver los temas desde una nueva perspectiva.

¡La verdad absoluta no existe! Pero sí hay una realidad fuera de nosotros y todos estamos sujetos a ella independientemente de cómo percibamos las cosas. Por eso, la «razón» no está entre blanco y negro, sino más cerca de un área gris.

«HATERS NOTE»: Por otro lado, no quiero dejar de avisarles y advertirles que la única intención de publicar estos textos es por mero ejercicio de reflexión y entretenimiento, por un deseo personal de expresar lo que se piensa y siente, no se pretende imponer ideas o polemizar ni mucho menos criticar a nadie en específico, ni a grupos o sectores de la población en modo alguno. Por lo que si no le gusta lo que lee, por favor cierre la página, bórrela de su memoria y no lo comente con nadie. Si le gusta, le pido que lo comparta con todos las personas que crea que disfrutaran de estas lecturas.

Así pues, les invito a ejercitar el cerebro imaginando que existe una verdad diferente, opuesta al pensamiento común.

-El contenido de este blog se actualizará frecuentemente, así que les recomendamos estar atentos a las novedades en redes sociales-.

         

Biografía:

Octavio Castro, autor de los textos publicados a través de paradoxa.mx, nació a finales de los 70s en la CDMX. Hijo de músicos, fue motivado desde pequeño destacar en alguna de las artes, sin éxito, por lo que posteriormente realizó estudios universitarios durante 8 años abarcando diferentes áreas del conocimiento como Psicología, Ciencias políticas y Relaciones Internacionales, fracasando en todas ellas, pues las abandonó sin graduarse al darse cuenta de su inutilidad y al aceptar que la vida le había trazado otro camino, más tortuoso y menos cotidiano.

Amante (casi adicto) de los viajes, el cine, la música y el arte en general, encontró sin embargo en la escritura, la mejor forma de canalizar todo lo que saturaba su mente y que desde niño le privaba de la capacidad natural de dormir. Por lo que desde 1998 decidió finalmente ceder a esa fuerza sobre natural que le impelía a trasladar el contenido de su cabeza a hojas de papel, y lo hizo anhelando encontrar en ese aparente acto de locura, que se repetía diariamente, el descanso que su cuerpo le exigía, pero sin éxito, pues resultó que era tan prolífico que hasta decidió probar suerte y publicar algo de lo que escribía, pero tampoco lo logró. Así que de tanto fracaso aprendió el sublime arte de la paciencia y la renuncia a aquello que tanto disfrutaba y se entregó al aún más difícil oficio de vivir adaptado a la monotonía de una vida normal e intrascendente, de trabajo y responsabilidades adquiridas y solo así tuvo éxito, pues lo hizo con abnegación y estoicismo, mientras desahogaba, en secreto y durante décadas, su febril imaginación en miles y miles de paginas que nadie jamás leyó… hasta ahora.