«Amor y vida»

 

Triste es en verdad nunca haber amado;

pero lo es aún más, amar sin ser amado.

Piénsenlo un momento y sabrán que no miento;

que muerte es desear, lo que no podrá ser nuestro.

 

Que duele más conocer, la mirada de quien se ama,

cuando sus ojos se desvían, porque en los tuyos no vio nada.

 

Pero, cuando se equivoca el corazón,

 de nadie es culpa que arda con fulgor la llama;

excepto por la pérdida de la razón,

que es inherente al vacío del alma.

 

El temblor, la angustia y la ansiedad,

invaden nuestro ser formando una quimera;

  no obstante, son causa y evidencia,

de que no fue una sensación cualquiera.

 

Hoy, me aferro a ese dolor y aprendo de la agonía;

porque tal vez mañana pueda amar, a quien será mía.

 

Y me empecino porque el amor es todo,

sueños, frustraciones, disgustos y alegrías;

que nacen al fusionarse de algún modo,

las cosas buenas, malas y nuestras manías.

 

Y porque el amor es vida, sólo amando y siendo amado,

se llena de ilusión el vacío, y las cosas recuperan su significado.

 

 Por ahora, las huellas de humedad evaporando se van,

y los golpes de mi pecho ya no dañan, sólo están;

permanecen los recuerdos y las emociones frustradas,

de un bello sentimiento que naufragó en la nada.

 

La mente se aclara y mi frente se levanta,

reclamándome seguir andando y no perder la calma;

renace la esperanza y en silencio mi ser canta,

confiado en encontrar… a la dueña de mi alma.

                                                         O. Castro