En el silencio está ella,
atormentándome siempre;
no se ve ni se escucha,
solamente se siente.
¿Quién es y por qué se esconde?
¿Por qué no la puedo ver?
Tal vez sean mis ojos,
o quizá, de mi nada quiera saber
Pero recapacito…
ella escogió estar aquí,
y a pesar de su ausencia
es a mí a quien inquieta.
Así lo ha de querer ella,
pero sin luz, no hay sombra;
y a falta de verla,
el ánimo se quiebra.
De pronto, escucho su voz,
y mi cuerpo se alegra,
pero ella no está,
es mi imaginación,
y la ilusión de tenerla cerca.
Difícil es saber que existe
y no poder verla,
como triste es enamorarte
y no saber conquistarla.
Con ella me pierdo,
pero sin ella muero;
y hoy la necesito
para seguir viviendo.
Por ello,
prefiero el silencio y su no presencia,
así como lo que es, antes de perderla,
ella forma parte de mi ser,
invade mi mente y lastima mi alma,
y eso que sólo hablo de un fantasma.
Octavio C.